Oporto, Portugal


He tenido varias ocasiones de viajar a esta preciosa ciudad portuguesa, perfecta para una escapada de varios días. 

Mi chico y yo viajamos desde Madrid en un vuelo directo con una duración de poco más de una hora. El aeropuerto de Oporto está muy cerca de la ciudad, a unos 11 km. La mejor forma de llegar es en metro, ya que es el medio más rápido y económico. Se encuentra nada más salir del aeropuerto, el recorrido tarda unos 20 minutos y cuesta 2 euros.

Para usar la red de transporte público en Oporto debes comprarte la Tarjeta Andante que es una tarjeta recargable que cuesta 0.60 euros y que podrás adquirir en las mismas máquinas de venta de billetes del aeropuerto. Solo puede utilizarla una persona. El precio del billete del metro va en función de las zonas por las que viajes. Principalmente para callejear por la ciudad sólo necesitaras utilizar las lineas 1 y 2, cuyo billete cuesta 1,20 euros. Una tarjeta andante para un día completo cuesta 7 euros. Os adjunto el plano de metro! 


Nos alojamos en el hotel Castelo de Santa Catarina durante 3 noche. El hotel esta ubicado en una amplia parcela ajardinada que contiene un castillo y una capilla con arquitectura azulejada típica portuguesa, así como una zona de habitaciones más modernas. 

En el recinto del castillo se encuentran varios salones y el espléndido comedor con una decoración preciosa, así como algunas habitaciones. Allí conocimos a Camilla, una preciosa gatita que vive como una reina. El hotel es una maravilla, muy tranquilo y bien ubicado, a 4 minutos a pie de la parada de metro Marqués, y unos 16 minutos caminando hacia el centro.

El primer día tomamos rumbo al centro de la ciudad paseando por la calle Santa Catarina, una de las más comerciales de la ciudad, peatonal. A pocos minutos encontramos la encantadora Capela das Almas, una de las iglesias más especiales de la ciudad, inconfundible por su llamativa fachada de azulejos típicos portugueses blancos y azules.


Era el día de todos los santos, y la gente acudía a la capilla a comprar velas y encenderlas para sus difuntos. Nosotros tuvimos el honor de hacerlo también, y fue una bonita experiencia.

A pocos metros llegamos al emblemático Café Majestic. Fundado en 1921, es uno de los más bellos ejemplos de arquitectura Art Nouveau de Oporto, declarado bien de interés público en 1983, por su importancia y tradición. En su exterior presenta una portada de mármol con columnas, y su interior es muy elegante, decorado con mármol, madera lustrada, espejos y techos estucados. El servicio es impecable, con camareros uniformados, eso sí, suele estar muy frecuentado y es carísimo. 


Muy cerca, tomando un desvío, se encuentra el histórico Mercado do Bolhão, en un edificio neoclásico de 2 plantas, con múltiples puestos que venden desde frutas, verduras carnes y embutidos y pescados, hasta flores y plantas. Es colorido, bullicioso y algo desordenado, pero tiene un carisma muy auténtico, que vale la pena conocer.

Siguiendo por la calle Santa Catarina, de nuevo, llegamos a la Plaza de Batalha donde se encuentra la imponente iglesia de San Ildefonso, y el Teatro Nacional São João. La iglesia de estilo barroco fué construida a principios del siglo XVIII. Destaca su fachada decorada con más de 11.000 azulejos típicos portugueses, pintados por el artista Jorge Colaço en 1932, quien también diseñó los azulejos de la Estación de Sao Bento. 


Desde la Plaza de Batalha, y a 6 minutos caminando llegamos a la  Praça de Almeida donde se encuentra la maravillosa estación de São Bento, una de las más bonitas de Europa. Inaugurada oficialmente en 1916, ya funcionaba desde finales del XIX. Fue construida sobre las ruinas del antiguo Convento de São Bento del Ave María, destruido en un incendio.

El vestíbulo de la estación está decorado impresionantes murales de azulejos portugueses pintados con escenas de diferentes episodios de la historia de la ciudad y de Portugal. Esta estación actualmente continúa siendo una de las más transitadas de Portugal, ya que desde ella parten trenes hacia otras localidades portuguesas de interés, como Aveiro, Guimarães, Coimbra o Braga.

A un minuto de la estación, cruzando la Praça de Almeida descubrimos  iglesia de San Antonio de los Congregados, de estilo barroco, construida a finales del siglo XVII sobre una capilla anterior. Presenta una fachada decorada con azulejos que muestran escenas de la vida de San Antonio.


A 5 minutos atravesando la Plaza de la Libertad, una de las mas importantes de la ciudad, por la calle de los clérigos llegamos a la Iglesia de los Clérigos con su torre. Este conjunto monumental del Siglo XVIII y estilo barroco, fue construido por la hermandad de los Clérigos Pobres, en el lugar que se conoce como "el cerro de los ahorcados", donde antiguamente se enterraba a los ajusticiados. La torre es la más alta de Portugal, con 76 metros de altura y más de 200 escalones, que permiten contemplar una excelente vista vista panorámica de Oporto. La entrada a la iglesia es gratuita, pero la subida a la torre cuesta 5 euros. 

A 2 minutos de la iglesia, en la calle de las carmelitas, descubrimos la famosísima librería Lello e Irmão, considerada como una de las librerías mas hermosas del mundo. Fue inaugurada en 1906, con lo que tiene más de un siglo de existencia.


El interior es impresionante con infinidad de estanterías de yeso que imitan la madera labrada con una impresionante escalera central en color rojo que serpentea y se bifurca para subir al segundo piso. Si te fijas bien, enfrente de algunas estanterías, en el suelo,  todavía pueden apreciarse, los raíles por los que iban los vagones que servían para mover los libros de unos estantes a otros. En el techo, hay una preciosa vidriera que ilumina el recinto con una inscripción en latín que dice: “Decus in Labore” (decoro en el trabajo).

Te recomiendo sacar la entrada con antelación por internet, ya que sino, posiblemente tengas que esperar una larga cola. La entrada cuesta 5 euros, que te descontarán si compras un libro. La librería cuenta con una amplia variedad de obras en portugués y otros idiomas. Mi chico me regaló un precioso libro ilustrado en castellano con los cuentos de Edgar Alan Poe. 

Muy cerca de la librería, a sólo 1 minuto caminando se encuentra mi iglesia favorita de Oporto, la iglesia do Carmo. Construída en el siglo XVIII, de estilo rocoso, está adosada a la iglesia de las carmelitas. La gran fachada principal es de granito forrada al completo con murales de azulejos típicos portugueses que representan la imposición del escapulario en el Monte Carmelo.


Al día siguiente nos dirigimos de nuevo al centro de la ciudad para visitar la Catedral de Sé, el edificio religioso más importante de Oporto, construido en la parte alta de la ciudad. Está situada en el barrio de Batalha, junto a las murallas que tiempo atrás protegieron la ciudad. 


El exterior del edificio tiene un aspecto de fortaleza con almenas. La construcción de la catedral comenzó en el siglo XII y, a lo largo de su historia, ha sufrido muchas reconstrucciones, por lo que presenta diferentes estilos. Actualmente estaba en estado de rehabilitación. La mayor parte de la catedral es de estilo barroco, aunque la estructura de la fachada y el cuerpo de la iglesia son románicos, y el claustro y la capilla de San Juan Evangelista son de estilo gótico. El maravilloso claustro, que data del siglo XIV, está decorado con azulejos que representan escenas religiosas.

En el centro de la plaza de la catedral se encuentra una gran columna utilizada antiguamente para colgar a los criminales. Desde ese lugar, se goza de unas vistas privilegiadas de la ciudad, del río Duero y de Villanova da Gaia y sus bodegas. 

Para bajar al río hay dos posibilidades. Bien ir hasta la Muralla Fernandina (de origen medieval), y descender en el funicular (2,50 euros por trayecto).

O bien hacerlo caminando atravesando un laberinto de estrechas callejuelas y casas pintorescas por el Barrio de Barredo. Nosotros tomamos la segunda opción y descubrimos la verdadera naturaleza de los portuenses, con los vecinos en las puertas de sus calles, sus ropas tendidas al sol en los balcones, edificios derruidos e intrincadas escalinatas (Escalas do Barredo

Llegamos al impresionante puente de Don Luis I que atravesamos para llegar al otro lado del río Duero, la zona de Villanova da Gaia. El puente de hierro es una de las imágenes más emblemáticas de Oporto, y fue  inaugurado a finales del siglo XIX. Actualmente también se encontraba en proceso de rehabilitación, en su zona inferior. Su diseño corrió a cargo del ingeniero Téophile Seyrig, discípulo de Gustave Eiffel. El puente destaca por su gran arco de hierro, y cuenta con dos pisos: el superior, de casi 400 metros de longitud, por el que circula el metro de Oporto el inferior, de unos 175 metros para vehículos. En ambos niveles hay habilitados carriles específicos para peatones.


El puente es también un magnífico mirador desde el que se pueden observar los barcos que navegan por el Duero, y la ribera a ambos lados del río, con las famosas bodegas de Oporto en una orilla y las viejas casas de colores del barrio de Miragaia en la otra. 



Villanova da Gaia, es una ciudad independiente que se encuentra enfrente de Oporto, separada por el rio. Es un lugar perfecto para dar un paseo por la orilla del Duero caminando, en barco o en teleférico (6 euros ida/ 9 euros i/v). Además puedes optar por visitar algunas de las famosas bodegas donde se fabrica el delicioso vino con denominación de origen de Oporto. 

Una de las estampas más típicas de este paseo son los llamados "rabelos", unos barquitos de madera que se construyeron originariamente para el transporte de los toneles de vino, y que actualmente se utilizan para hacer pequeños cruceros turísticos por el Duero.


En Gaia también se encuentran algunos monumentos relevantes como la coqueta capilla de Nuestra Señora de la Misericordia y el monasterio agustino de la Sierra del Pilar. El monasterio es la construcción más emblemática de la zona, data del siglo XVI y desde él se pueden apreciar unas bonitas vistas de la ciudad de Oporto.


Tomamos de nuevo el puente de Don Luis I, por la parte de arriba, contemplando las preciosas vistas y nos dirigimos de nuevo a Oporto.


Al día siguiente decidimos conocer en profundidad la zona portuaria de Ribeira, en el barrio principal del casco histórico de Miragaia, declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco. El laberinto de callejuelas medievales estrechas y empedradas que descienden al río están llenas de pequeños bares y restaurantes que sirven platos clásicos portugueses. 

Al lado del río Duero, la Praça da Ribeira está rodeada de casas coloridas del siglo XVIII. Muy cerca encontramos una pequeña plaza llamada Largo do Terreiro, donde se encuentra la Capilla de Nuestra Señora de Ó y una pequeña fuente llamada Fuente Taurina.

A 3 minutos llegamos al Palacio de la bolsa, una construcción de estilo neoclásico, sede de la Cámara de Comercio e Industria. Se construyó en el siglo XIX sobre las ruinas de un antiguo convento franciscano. Su interior es espectacular, especialmente la sala árabe, cuya decoración se inspiró en la Alhambra granadina.

Decidimos realizar un pequeño crucero en barco por el Duero para contemplar los 6 puentes que atraviesan en Duero y comunican Oporto con Villanova da Gaia. El paseo dura unos 50 minutos y el precio es de 15 euros por persona.


Los puentes que atravesamos durante el paseo fueron el de Don Luis I, el del Infante, el de María Pía, el de San Joao, el de do Freixo y el de Arrábida.  A lo largo del recorrido las vistas de la ciudad, de la Ribeira, de Gaia, e incluso del estuario del Duero son estupendas.

Una vez finalizado el recorrido en barco visitamos algunos monumentos importantes de la ciudad, como el Ayuntamiento de Oporto, que se encuentra al final de la Avenida de los Aliados. El imponente edificio consta de seis plantas, un sótano y dos patios interiores. En su centro se eleva una torre de 70 m de altura, la fachada es de piedra de granito adornada con esculturas que muestran actividades típicas de Oporto como el cultivo de la vid, la Industria y la navegación. 


La sede del banco de Portugal en Oporto, es un majestuoso edificio de estilo neoclásico que merece la pena conocer. 



El centro portugués de fotografía se encuentra en un edificio señorial de 1796, que antiguamente fue una cárcel. Al entrar atraviesas unas robustas puertas de hierro, para adentrarte en las celdas de la cárcel, donde se presentan interesantes exposiciones de fotografías.

Oporto es una ciudad para descubrir caminando, pero hay que tener en cuenta que sus calles esta llena de cuestas y de suelos empedrados. Así que mentalízate..porque vale la pena perderse por los rincones del casco antiguo.

Las casas de piedra del casco antiguo con tejados rojos, coloridas fachadas pintadas o azulejadas, y bonitos balcones te dejarán sin aliento por su especial encanto. 



También encontramos en la ciudad numerosos edificios de estilo Art Nouveau que reflejan el esplendor pasado de la ciudad.

No puedes irte de Oporto sin visitar la desembocadura del Duero al adentrarse en el mar atlántico. Una buena opción es ir a Foz do Douro, la zona más exclusiva y residencial de Oporto con bonitas playas, conocidos restaurantes, galerías de arte y refinadas boutiques. La mejor forma de llegar es tomando uno de los peculiares tranvías (el número 1 desde el palacio de la bolsa). El precio del billete es de 3,50 euros por trayecto, 6 euros i/v. Se llega en unos 25 minutos haciendo un bonito recorrido junto al río.



En Foz do Douro puedes pasear por el Espigón y contemplar los faros de San Miguel, da Barra do Douro y de Felgueiras. También podrás ver el Forte Sao Baptista da Foz, lugar ideal para observar la puesta de sol. El faro de Felgueiras tiene 10 metros de altura y su planta es hexagonal. Desde allí puedes contemplar como la espuma del mar salta por los muros de alrededor.

La gastronomía portuguesa y especialmente la portuaria es rica, variada y muy contundente. No dejes de probar las francesinhas, plato típico de la ciudad y muy rico. Es una especie de sandwich cubierto con una salsa a base de tomate, cerveza y un toque de picante, arropado de queso fundido y un huevo frito. El interior lleva longaniza, salchicha fresca, jamón y bistec de vaca.

Las tripas o callos son un plato muy popular. Toman su nombre desde el siglo XIV, en la época del esplendor naviero del país cuando se enviaba toda la carne a los marineros, dejando para el pueblo restos que sobraban de ella como los callos (o tripas). Debido a este gesto el plato se convirtió en parte de la historia de Oporto representando el sacrificio del pueblo en nombre de Portugal. No en vano, a los habitantes de Oporto también se les llama tripeíros. El plato es un guiso que se cocina con callos, grasa de carne y judías blancas.

Destacan también infinidad de platos de marisco y pescado variado. Los buñuelos de bacalao y el bacalao con nata son deliciosos. También los mejillones y las almejas. Si eres goloso, los postres te encantarán, especialmente los pasteles de nata. Pruébalos calientes con un buen café…son una delicia. 

No podemos hablar de Oporto sin mencionar la cantidad de gaviotas urbanas que campan a sus anchas y parecen exhibirse para ser fotografiadas. Abre bien los ojos, porque te sorprenderán. 

Y no te pierdas la visión nocturna de Oporto reflejada en el Duero. Un sueño!!!

Siempre que viajo a esta maravillosa ciudad descubro un nuevo rincón encantador. Seguiremos explorando para encontrar más momentos. 

LOS CONSEJOS DE ALBERTO

¡Qué pasa chavales!

No tenía una intención inmediata de conocer Oporto, pero cosas del destino: jugaba al futbol el Atleti (mi equipo del alma) con el Oporto, y me quedé muy sorprendido con la ciudad, mola un montón…

El Estadio do Dragão es muy emblemático, aunque un poco viejo, pero vale la pena visitar, aunque tu equipo pierda el partido de Champion. La gente es magnífica y en todo momento te ayudan.

Prepárate para andar un montón, porque hay un montón de cuestas y escaleras por todos los sitios. Aunque si eres un poco vago puedes coger un autobús turístico que tiene dos lineas con paradas en los lugares más interesantes. También puedes optar por el metro, que es un gustazo, porque es sencillo, cómodo, barato y moderno.

Come las francesinhas en el restaurante Brasão. Nos lo recomendó la recepcionista del hotel, y acertó. Además el servicio es estupendo, aunque debes reservar con antelación, porque siempre esta ma tope. Eso sí, son una bomba de relojería!

Prueba el vino de Oporto, pero cuidado con los precios, porque en algunos locales de Gaia, y en el barco, la copa es carísima. Te recomiendo una taberna típica.

En Gaia puedes comprar latas de conserva, muy típicas de la zona, con bonitos decorados, perfectas para regalar.  Eso sí, tampoco son baratas que digamos, pero valen la pena y quedarás genial. También te puedes tomar un vino y un buñuelo de bacalao disfrutando de un espectáculo en vivo. Te puedes llevar la copa de regalo para tu suegra.

Cuando visites la librería Lello, saca la entrada con tiempo por internet, ya que sino tendrás que pagar más allí, y esperar una cola interminable. 

Las mejores vistas del casco antiguo de Oporto, la Ribeira, las tienes desde Gaia y la parte superior del puente de Don Luis I.

Si eres aficionado al café, como nosotros, estas en el sitio adecuado, porque son magníficos, contundentes, con un gran sabor. Te van a hacer falta para superar las cuestas.

La bollería en general está super buena, especialmente los pasteles de nata (o pasteles de Belém). 

Por cierto, las almejas en Oporto, son lo que nosotros llamamos chirlas, aunque están muy buenas. 

Para tomar una copa o un cóctel te recomiendo “O Carnicero”, un local muy moderno y original, donde también puedes cenar carne recién cortada. Muy buena música, y una decoración con cómodos sofás, libros a tu alcance, y una cárcel y cámara llena de billetes donde te puedes hacer divertidas fotografías. Ahí van un par de ellas:

Esta ha sido todo por hoy. Y recordad amigos: ¡más vale humo qué escarcha!

Nos vemos en el siguiente viaje.


 


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